El Invernadero

Blog sobre bodas, eventos y, en definiva...flores

De todos los blogs nupciales, uno de nuestros favoritos es Casilda se casa, así que imaginaros la ilusión que nos hizo ver la boda Ana y Julian publicada (podéis verla aquí: https://casildasecasa.com/articulos/2025/06/23/boda-ana-julian-asturias-sombrero-romualda).

Cuando los novios vinieron a vernos nos encantó lo disfrutones que eran, lo bien que se lo pasaban eligiendo las cosas juntos y lo claro que lo tenían todo. Es de estos preparativos que sientes que son un paseo y no una agonía y es que caminar así hacia al altar es una maravilla para los novios y también para los proveedores porque todo es más relajado y divertido.

Viendo que era valiente y decidida, pensamos en un ramo con mucha vida que reflejara su energía y buen humor. Así que elegimos para ella peonias en color coral, claveles turcos, rosas de jardín, flor de arroz… el resultado fue un ramo de novia fresco y veraniego.

Tanto la ceremonia como la celebración fueron en el mismo espacio, un palacio en medio del campo. Pensando en el entorno y en la época del año, apostamos por una decoración ligera y casual, aparentemente improvisada.

La capilla era preciosa y la adornamos de manera sencilla con dos copas despeinadas a ambos lados del altar y dos guirnaldas rematando las barandillas, quedando los novios rodeados por un marco de flores. Ellos y sus ganas de casarse se llevaron todo el protagonismo.

Lo bueno de las bodas familiares es que es fácil encontrar tu sitio y que todo el mundo está cerca de los novios durante el aperitivo y el almuerzo. Son más tranquilas y relajadas, y todo se saborea un poco más.

Fue un almuerzo tranquilo y relajado, y a la vez, muy cuidado. Cada detalle estaba elegido con cariño para hacer de ese sábado de junio, un día inolvidable. En el comedor se prepararon dos mesas imperiales que decoramos con una guirnalda intermitente combinando cerámica azul con violeteros de cristal.

Marta trabaja en el mundo de la moda y tenía muy estudiadas las tendencias cuando nos vino a ver. Venía con dos cosas muy claras: el estilo que quería y que nosotras decoraríamos su boda.

Cuando nos contó sus ideas se salían totalmente de nuestra zona de confort y os reconocemos que nos dio un poco de respeto. Queríamos sentirnos cómodas y ella nos animó a darle una vuelta y ponerle nuestro sello. Después de hacer muchas pruebas, llegamos a un punto de encuentro y nos acabamos alegrando mucho de haberlo hecho.

Empezamos diseñando el ramo que Marta nos pidió que fuera “muy verde”, así que compramos flores con esos tonos y empezamos a hacer pruebas. Queríamos que fuera algo fresco y moderno, así que usamos Viburnum, clematis y sedum.

La ceremonia civil se celebró en el jardín y quisimos rodear a los novios con una propuesta sofisticada a base de anturios, que nunca los habíamos usado, y hortensias en los mismos tonos de la hiedra de la fachada.

Para acompañar la llegada de la novia con el padrino y que luego sirviera de escenario para las fotos, vestimos el portón del Palacio de la Riega con dos imponentes guirnaldas asimétricas.

Los novios disfrutaron de un paseo por los jardines mientras los invitados iban pasando al aperitivo que había preparado el catering de Nacho Manzano.

Para los centros de mesa usamos anturios y amarantos, que tanto se ven ahora en las cuentas de inspiración y le gustaban a la novia, creando algo único y especial en cada mesa. De la papelería se encargó la hermana de la novia y nos pareció muy especial.

Queríamos terminar dando las gracias a Marta por su confianza, por querer por encima de todo que fuéramos nosotras quienes pusiéramos el toque de color en su boda y nos empujara a hacer algo tan distinto.

Imaginaros la cantidad de conversaciones, discusiones y pruebas que hicimos, las vueltas que dimos y el entusiasmo que pusimos. Era mucho más que poner flores, era dejar el alma.

Los preparativos fueron muy divertidos y en familia, la casa llena de gente, amigos que iban y venían, flores, frutas, telas, con la puerta abierta de par en par.

Desde el primer momento pensamos en una decoración silvestre y natural. Coro nos dio carta blanca en todo, se fiaba de nosotras 100×100 y quería que todas las flores fueran una sorpresa.

El aperitivo fue en el jardín y el almuerzo en una carpa en plena naturaleza. Pusimos cortinas de hiedras, trenzamos guirnaldas y las fuimos alternando con una estructura varillada que creaba la ilusión de estar en una especie de invernadero. Flores, frutas y hojas se entremezclaban en los centros de mesa.

En la mesa presidencial pusimos un maravilloso mantel de encaje de Bruselas de la abuela de Coro que además nos sirvió para hacer un guiño a los novios ya que se conocieron allí.

Esta boda nos hace mucha ilusión contarla porque el novio es de la pandilla de Salinas de nuestros hijos y le hemos visto crecer, así que es fácil imaginar nuestra emoción. También fue una gran alegría verla publicada en Vogue.

Javier y Rocío vinieron a vernos muy ilusionados y nos dijeron que confiaban a ciegas en nosotras. Eso hizo que nos implicáramos todavía más porque queríamos sorprenderles y agradecer su confianza. Además, fue la primera boda de la temporada, por lo que nos pilló con muchísimas ganas de volver a la carga.

La ceremonia fue en la Capilla Santa Ana del Palacio de Meres. Para el altar pensamos en un adorno inspirado en la primavera temprana, que brotaba del musgo. Para dulcificar la luz del mes de febrero encendimos velas buscando crear un ambiente más acogedor.

El aperitivo fue en el jardín y para dar color a un día gris, lo llenamos todo con bulbos, narcisos y mimosas de color amarillo, el favorito de la novia. Un chute de energía como la que desprendían los novios y los invitados porque era una boda que desde el primer minuto fue una fiesta.

Su sitting plan ha pasado a ser uno de nuestros favoritos, totalmente silvestre y espontaneo, los invitados encontraban su sitio entre musgo y narcisos.

Cuando os dijimos que fue una fiesta, era literal. De hecho hicimos un montaje con unas bolas de discoteca y mucha vegetación para dar a la pista de baile un aire muy especial y hacer los ecos a los chicos de VillaBoy Band.

Una fecha marcada en el calendario porque es la ocasión perfecta para dar las gracias a la persona que te ha dado la vida y después ha dedicado su vida a quererte y cuidarte.

¿Qué haríamos sin nuestra madre? Creo que ninguno nos imaginamos sin ella. Nos ha dejado una huella imborrable y el primer domingo de mayo es el momento perfecto para dar las gracias.

Si te cuesta encontrar las palabras, deja que las flores hablen por ti. Un buen ramo de flores, preparado con mucho cariño, puede ayudarte a demostrar tus sentimientos hacia ella.

Podemos hacerlo con sus flores favoritas, o con los colores que más le gusten. También podemos ayudarte a sorprenderla con un jarrón diferente o con un arreglo que de alegría a un rincón de su casa. Llámanos o pásate por la tienda y te ayudamos a crear un ramo único.

Nos hemos esmerado especialmente en la selección de flores de esta semana porque sabemos lo importantes que van a ser los ramos de este domingo. Somos conscientes de el gran mensaje que tienen que llevar a su destinataria: “te quiero”, “gracias por tanto”, e incluso “perdón”.

Además, no importa la edad, las flores son perfectas para madres que se acaban de estrenar en el cargo y para las abuelas más longevas. Las flores son un acierto siempre.

Como llevamos décadas en este sector y hemos conocido a muchas novias, queremos darte unos consejos para ayudarte en estos meses tan intensos que te esperan.

Es vuestra boda, no lo olvides. No es la boda de tu madre, ni de tu suegra, ni de una amiga. Siéntete cómoda al tomar las decisiones y no te obsesiones por complacer a todo el mundo. Estamos seguras de que, con el tiempo, te alegrarás de haber apostado por lo que más ilusión te hacía.

Sé tú misma. Todos los que te quieren lo hacen por como eres, así que si hay un día para ser autentica ese es el de tu propia boda. Aplica esto al vestido, al maquillaje y a decisiones sobre cómo entrar el salón o el primer baile.

Guíate por lo que te salga del corazón y no tanto por el protocolo o lo que se suele hacer. Las normas están para saltárselas y vosotros ese día sois los reyes.

Y cuando llegue el día, olvídate de todo y céntrate en disfrutar. Nadie recordará si llovió, si había un menú u otro, pero todo el mundo tendrá grabada para siempre la ilusión y la alegría de los novios, y no hay nada más contagioso que eso.

El 12 de octubre es un día marcado en el calendario de toda España porque se celebra la festividad la Virgen del Pilar. Particularmente para Pilar, es muy emotivo porque es su santo, el de su madre y el de su abuela. Así que no había mejor fecha para celebrar su boda y hacerla, si cabe, más inolvidable.

El lugar elegido, el mismo donde se vistió de blanco cuando era niña para recibir a Jesús: el Palacio de Meres, un rincón lleno de grandes recuerdos que abrió sus puertas para acoger otra gran celebración.

Los preparativos estuvieron rodeados de flores: un ramo que le mandó el novio, un centro de sus amigas y su original ramo de novia que fue un regalo de una de sus primas y donde lucía una medalla de la Virgen del Pilar obsequio de su madrina. Durante las horas previas a boda estuvo presente la Virgen de la Alegría, que hoy preside su casa.

La capilla de Santa Ana estaba muy acogedora, iluminada por decenas de velas que enmarcaban el pasillo. Sobre la decoración frondosa, inspirada en el entorno que rodea al Palacio, destacaba el traje de novia de Pilar diseñado por Teresa Patiño y la mantilla familiar que eligió para su ocasión, con la que también se casó su madre.

En el interior del Palacio todo estaba preparado para el almuerzo. En la mesa presidencial, que estaba en el centro del corredor, hicimos un gran centro jugando con distintas bases de cristal y flores, recreando ese aire de frescura y alegría que nos transmitían los novios.

El resto de mesas estaban distribuidas por los salones y cada una estaba decorada de una manera distinta, pero en perfecta armonía con la presidencia.

Las flores, aunque parece que están calladas y no hacen ruido, dicen muchas cosas y aprovechando que se acerca San Valentín nos parece un buen momento para hablar de ellas.

Por eso, cuando compramos las flores, elegimos las más especiales. Lo mismo nos ocurre con los jarrones, maceteros y cestos que tenemos en la tienda para las flores, buscamos piezas singulares que hagan que el resultado sea todavía más especial.

Las flores no solo están reservadas para fechas señaladas como cumpleaños o aniversario, son un detalle precioso para  acompañar, para dar las gracias o para mandar fuerza.

Por eso, aprovecha para sorprender a esa persona a la que echas de menos, a quien tanto te da sin pedir nada a cambio, a quien sientas que le viene bien un empujón o sentirse especial.

Creemos que pocos momentos cotidianos hay más extraordinarios que escuchar el timbre y que al abrir la puerta te encuentres unas flores acompañadas de una nota de cariño.

Esta boda la recordamos con un cariño especial porque la primera persona que nos habló de ella, la vivió desde el cielo y eso hizo que todos pusiéramos lo mejor de nosotros mismos para que fuera tan especial como ella había soñado y como los novios merecían.

La capilla de Santa Ana estaba muy favorecida con un adorno navideño con piñas, abeto, eucalipto, velas… una composición con mucha vida a los pies de uno de los retablos más bonitos que hay en Asturias.

El tiempo acompañó y Casa Gerardo sirvió los aperitivos en el jardín para el disfrute de los invitados. Decoramos distintos rincones para crear una atmósfera silvestre y navideña.

En el interior del Palacio hicimos un gran despliegue, para empezar, colocamos varios árboles de Navidad que parecían, directamente, sacados de un cuento. Tambien decoramos el corredor con vegetación irregular que parecía haber surgido de manera espontánea.

Para los centros de mesa dimos rienda suelta a la Navidad más clásica, dejando que el rojo y las velas ganaran protagonismo y cuidamos cada detalle como si de una celebración en casa se tratase.

Fue una Navidad de campo, integrada con el paisaje y el ambiente, tanto que el ramo de novia parecía recién cogido del camino, despeinado y silvestre.

La ceremonia fue en San Juan de Amandi, una Iglesia románica maravillosa que necesita muy poco para tenerlo todo. Dimos rienda suelta a la naturaleza en la entrada y dejamos que las velas dieran el toque acogedor que tanto se agradece en invierno.

En el interior jugamos con la geometría para crear un adorno en ambos laterales que encontraba continuidad en el altar con una frondosa guirlanda que iba de lado a lado. La “coloreamos” con pequeñas flores en tonos caldera que hacían destacar más la espectacular capa que llevaba Juliette.

La celebración fue en Castiello de Selorio y quisimos inspirarnos en el paisaje del entorno para decorar el interior y en la época del año en la que estábamos. Buscamos recrear una versión de la Navidad campestre y espontanea con mucho verde y pequeños destellos de color en granate que daban un punto sobrio y elegante.

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De todos los blogs nupciales, uno de nuestros favoritos es Casilda se casa, así que imaginaros la ilusión que nos hizo ver la boda Ana y Julian publicada (podéis verla aquí: https://casildasecasa.com/articulos/2025/06/23/boda-ana-julian-asturias-sombrero-romualda). Como ya cuenta ella la historia, nosotras queremos centrarnos en la decoración. Cuando los novios vinieron a vernos nos encantó lo disfrutones que […]

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